UN DIÁLOGO SOBRE LA ESENCIA DE LA COMUNICACIÓN1 2

Juan Manuel Coronado Zúñiga
Ulises Hernandez Pino
Carlos Enrique Serrano Castaño
{juanmc, ulises, cserrano}@unicauca.edu.co

Ingenieros en Electrónica y Telecomunicaciones
Departamento de Telemática
Universidad del Cauca

Introducción:

Existe una paradoja en la visión con la cual se están abordando los problemas desde las nuevas tecnologías, cualquiera ellas sean: proponer soluciones a problemas inherentemente humanos, sólo desde perspectivas racionales. La comunicación es uno de sus ejemplos.

La comunicación, como campo independiente y formal de estudio es relativamente nueva, y se podría decir que no es casual que su aparición en las ciencias formales haya sido a la par con el desarrollo y utilización de las tecnologías que hicieron posible la difusión masiva: la Radio, la Televisión y ahora Internet. Sin embargo, además de estar presente desde el principio de la humanidad, la comunicación siempre se ha relacionado con una de las características naturales de los seres vivos: la vida en comunidad, por lo que no es extraño que la palabra comunicación provenga de convivencia, de consenso y de lograr un común acuerdo.

El efecto que empezó a producir el uso de las tecnologías de difusión masiva en las personas como seres individuales y como seres sociales, no pudo ser ajeno al análisis y la reflexión. Los modelos para hacer coherentes las interpretaciones no se hicieron esperar, como tampoco la diversidad y heterogeneidad de perspectivas y lógicas de estas interpretaciones. Lo abstracto frente a lo concreto, lo humano frente a lo instrumental, lo crítico frente a lo funcional, lo cierto es que mientras el debate académico enriquece las posturas intelectuales de quienes se sumergen en la compresión de los fenómenos naturales y humanos, existe paralelamente, una dinámica social propia que no se detiene en la comprensión, que avanza en el juego de crecimiento, expansión y poder propio de la naturaleza humana.

Es así como en lo cotidiano, la explicación más simple, la más fácil de entender, la más fácil de relacionar es la que termina imperando, la que termina apropiándose y la que finalmente se convierte en una verdad. En este sentido, entender la comunicación como un proceso casuístico de emisión y recepción a través de un medio y utilizando un código determinado, en vez de entenderlo como un proceso transaccional donde las personas influyen, se autoinfluyen y son influidas para crear un entramado de causas y efectos difíciles de separar y de ubicar temporalmente, es mucho mas fácil de imaginar y de explicar. Pero además, entender la comunicación humana como un proceso casuístico es mucho más coherente y comprensible para quienes hemos sido formados en lógicas de pensamiento sustentadas en los procedimientos, la simplificación, la sistematización y la abstracción, más aún cuando nuestro campo abarca los sistemas de comunicación.

Esta visión de la comunicación, muy adecuada cuando se trata de artefactos electrónicos, no tendría mayor discusión si no se utilizara como fundamento implícito en el abordaje de problemas de comunicación humana. No se puede negar que las posibilidades que ofrecen los sistemas de comunicación potencian significativamente la interacción de las personas, y con ello el avance / desarrollo del entendimiento, la comprensión y el conocimiento mutuo, pero tampoco se puede creer que esta sea la condición única y suficiente para lograrlo, dejando por fuera todas las tensiones de poder y motivación que se producen en cualquier grupo social. No basta con tener medios, herramientas o instrumentos, se requiere fundamentalmente intención para lograr una verdadera comunicación entre las personas.

Más que afirmaciones o conclusiones, estas reflexiones han tenido como punto de partida la observación de proyectos e iniciativas académicas, gubernamentales y empresariales, que han intentado abordar problemáticas humanas únicamente con soluciones desde las tecnológicas de la información y las comunicaciones, y sus actividades relacionadas: captura de requerimientos, sensibilización, capacitación, diseño, desarrollo e implantación. Una línea de pensamiento que, marcada por la profunda creencia en la racionalidad, la objetividad y una visión positiva de la ciencia, busca reducir la complejidad humana para construir interpretaciones y componer soluciones, lo cual es aceptado en un contexto socio-cultural que valora las interpretaciones que se muestran concretas y que permiten predecir el acontecimiento de los fenómenos en condiciones de tiempo y recursos limitados.

En este recorrido de observaciones y reflexiones, hemos entendido que cada grupo social tendrá un problema de comunicación distinto, característico, condicionado por la naturaleza de las personas, sus hábitos, creencias, valores, y demás características propias de los seres humanos, por tal razón, un proyecto que busque cambiar la conducta de comunicación, más allá de los medios, herramientas o instrumentos para comunicarse, debe partir de las expectativas, los miedos y los sueños de las personas. Este trabajo, fundamentado en lo intangible, en lo subjetivo, en el desarrollo del espíritu humano, es el que creemos que hace falta que acompañe el diseño e implantación de soluciones en el campo de las tecnologías de la información y las comunicaciones.

El Dialogo:

C: Cualquier ser humano forma parte de esa totalidad que llamamos universo y podría ser visto como un campo de energía inagotable, como un sistema en constante transformación y como una expresión física de una inteligencia pura. Si suponemos que todo ser humano comparte la misma esencia, la diferencia entre una persona y otra estaría en el continente no en el contenido. Esto nos llevaría a considerar la comunicación como un proceso en el cual intervienen dos esencias idénticas que se expresan o interactúan a través de un par de vehículos, cada uno con una historia completamente diferente. Bajo este contexto ¿por qué es importante el trabajo alrededor de la comunicación?

U: Si aceptamos la perspectiva desde la cual la esencia de todas las personas es idéntica, podríamos considerar que las particularidades que nos caracterizan son producto de la interacción que cada persona ha tenido a lo largo de su historia con otras personas, con la naturaleza y consigo misma, en últimas, interacciones materializadas en diversas formas de comunicación. Pero la comunicación es también una forma de acercarnos al otro, a su ser, a su esencia, lo que en principio pareciera plantear una disyuntiva en la cual tenemos la comunicación para formar nuestra identidad - disgregación - y también para identificarnos con otros - agregación -. Una interpretación de esta disyuntiva está en considerar el sentido que las personas damos a la acción comunicativa. Al comunicarnos, las expectativas, las prevenciones, la intención, el papel que asumimos determina el sentido que le damos a la comunicación, con lo cual se ejerce una influencia sobre el otro y se predispone una respuesta de parte del otro, pero lo que no se espera es la autoinfluencia que nosotros mismos nos ejercemos al comunicarnos y la influencia que los otros ejercen sobre mi. Esta interdependencia de la acción comunicativa, y que determina la vida en comunidad en la que inherentemente estamos inmersos, nos lleva a pensar que la forma en que nosotros asumimos la comunicación va a transformar nuestra percepción de nosotros mismos, de los otros, y de lo que nos rodea como entes separados y aislados o como parte de una misma esencia, de un mismo origen, de una misma unidad. ¿Veo al otro, persona o elemento de la naturaleza, como un ser diferente a mí y sin un vínculo sustancial que nos una? o ¿Veo al otro como parte de mí mismo pero en un estado diferente?.

Desde esta perspectiva considero que el trabajo alrededor de la comunicación puede darnos elementos para entender a otros, a nosotros mismos y a la naturaleza, o en otro nivel de comprehensión, para entender la esencia que nos subyace, con lo cual propiciaremos nuestro crecimiento como personas y el crecimiento de las personas que nos rodea, por esa interdependencia que inevitablemente tenemos con los demás. ¿Y cuál puede ser la importancia de pretender esto? Buscar una mejor calidad de vida sustentada en el principio del bienestar común.

JM: Si consideramos que nuestra comunicación con los demás en un sentido amplio, es decir, no sólo textual u oral, sino corporal, gestual, e incluso sensorial, es lo que nos permite construir vivencias conjuntas, interactuar, aprender, disfrutar e incluso sufrir; entonces estudiar los procesos de comunicación es esencial en una realidad que lejos de ser determinista, se construye con el azar de nuestras relaciones de comunicación. Tratar de descomponer en sus distintos matices, cada expresión de la comunicación que tengamos con el otro, nos permitiría comprender mejor el sentido que la otra persona ha puesto en ella y conseguiríamos con ello una mayor comprensión de su yo, a través de lo que nos ha querido comunicar. Entre muchas cosas, cuando comprendemos, nos volvemos personas más tolerantes, más asequibles, y estados tan difíciles de alcanzar como la empatía o la construcción sobre la diferencia se vuelven más factibles y frecuentes.

Como lo indican ustedes de una forma u otra, somos inherentemente seres históricos. La forma como nos comunicamos está influenciada por la historia de nuestra comunicación y la de nuestro interlocutor o interlocutores (que abarca desde el lector de nuestras líneas, hasta la persona para quien resultamos familiar por nuestro aroma). Dicha comunicación sugestiona no sólo nuestra forma de expresarnos, sino también de percibir las expresiones de los demás, incluidas en éstas, las máscaras que anteponemos a cada mensaje en cada situación. Esto es algo tan importante, y al mismo tiempo tan subestimado, que muchos de los problemas que hemos tenido en nuestras vidas, han sido el producto de un malentendido o visto de otra forma, una comunicación fallida.

Con frecuencia los seres humanos portamos máscaras en muchas de nuestras interacciones comunicativas con los demás. Las máscaras cumplen una función social de protección del individuo sobre su intimidad, de aislamiento de un medio que podría (o no) serle hostil. Lejos de pensar en la renuncia a las máscaras, un entendimiento integral de la comunicación como otra función vital del ser humano (como lo son comer y dormir), nos va a permitir con el tiempo, reconocer bajo la máscara del otro, el perfil de esas cosas en común que se desconocían, pero que una vez entendidas, se pueden llegar a compartir en secreto, tácitamente. Por supuesto, no siempre va a ser posible la armonía entre los seres humanos, pero al rescatar la importancia del trabajo alrededor de la comunicación, al menos podemos esperar que se recupere esa conciencia olvidada sobre nuestro origen como comunidad y consigamos respetar lo que nos comunican y que se respete lo que comuniquemos, así no logremos compartirlo del todo.

C: La mayoría de los seres humanos se consideran a sí mismos como una parte limitada en el espacio y el tiempo lo cual ocasiona que generalmente una comunicación entre dos personas se convierta en una interacción entre dos historias, que como se indicó anteriormente, pueden ser completamente diferentes. Podría decirse que el problema central de la comunicación es el de la falsa identificación de los actores que intervienen, la ausencia de un reconocimiento mutuo, el desconocer que comparten la misma esencia y que su interacción es una oportunidad para intercambiar experiencias, para compartir sus historias. Partiendo de estos supuestos ¿qué condiciones se requieren para una adecuada comunicación?

JM: Antes de comentar lo que creo necesario para tener una adecuada comunicación, vale la pena interrogarme qué considero como tal: ¿Es adecuada una comunicación en la que se ha entendido bien el mensaje que quise trasmitir pero no he recibido retroalimentación alguna? ¿Cuántas de las veces que he creído que me he comunicado bien, en realidad no ha sido así? ¿Cuantas veces me he sentido incomprendido sin saber que mi interlocutor ha captado todo el sentido de mi mensaje, comparte mis significados, pero no ha conseguido hacérmelo saber, y por eso continúo creyendo que no me comprende? ¿Qué sucede cuando se nos ha entendido perfectamente pero por la misma razón, no se nos quiere escuchar más? Como se puede ver, los escenarios con situaciones inadecuadas de comunicación pueden ser tantos, como veces hayamos intentado expresarnos o atender una expresión de otro.

En mi opinión, y tomando como ejemplo el último caso, el empleo de mecanismos de defensa como formas de proteger las convicciones arraigadas en nuestro interior contra ideas nuevas y subversivas, demuestra que en nuestra forma de comunicarnos suele haber una actitud preponderantemente reaccionaria. Presentarnos ante cada interlocutor (nuevo o conocido, de vieja data o de reciente presentación) tratando de que ambos podamos dejar atrás nuestras prevenciones y consigamos que las máscaras tomen la forma de ese contenido de fondo qué compartimos, requiere de un enorme esfuerzo que se facilitará sólo en la medida en que nos sintamos libres de expresar lo que deseamos, teniendo cuidado de no atropellar la susceptibilidad resultado de la historia de la comunicación del otro, por nuestro desconocimiento de ésta.

La pregunta es entonces, ¿cómo hacemos para que nuestra intención comunicativa resulte en una acción efectiva que manifieste todo lo que se quiere decir, si debemos coartar y perfilar nuestra expresividad (mensaje incluido) para conseguirla? No se trata de decir todo lo que se quiera, sino de ser capaces de hallar un punto en común, sobre el cual, una vez reconocidos mutuamente los participantes en el proceso de comunicación, podamos hallar la confianza necesaria para iniciarla sin prejuicios ni demasiado entorpecimiento, por la historia que arrastramos.

Partiendo del hecho de que la comunicación comienza en el instante mismo en que la primera interacción entre quienes se van a involucrar en ella, ocurre; entonces una comunicación adecuada, requiere que en la fase de negociación (de medios, símbolos, etc., pero especialmente de significados) haya un mínimo de confianza o de disposición a construirla entre los actores de la acción comunicativa. Esta confianza no tiene necesariamente que ver con el tiempo o el grado de conocimiento que tengan las personas que intervienen, unas de otras. Tanto como si se va a hablar con un desconocido, como con un amigo de toda la vida, las comunicaciones parten de cero por el hecho de que no se puede asegurar su éxito si esta confianza para sentar una base común de entendimiento, está ausente. En el caso de los amigos, se tiene la ventaja de contar con una historia de la comunicación compartida (que se ha ido depurando con el tiempo y cada interacción), pero no por ello se debe subestimar la importancia de la construcción de esta confianza en cada nueva comunicación. Prueba de ello, son los innumerables casos de amistades perdidas por pequeños detalles: un gesto, una mirada, una frase mal encajada, un comentario hiriente, facetas de una comunicación fallida en suma.

Sólo en la medida en que nos dispongamos a construir o a reafirmar esa confianza, a interactuar libremente y a negociar en igualdad de condiciones con el otro, respetando sus visiones construidas y aquello que en él vemos, fruto de su historia, podremos construir en conjunto, la base que servirá para una adecuada comunicación en la que ésta sea un evento de cada momento y lugar específico en que se dé.

U: Considero que las condiciones que se requieren para lograr una adecuada comunicación, dependen del propósito e intencionalidades de ésta. No es lo mismo comunicarse para sentir compañía, aprecio, solidaridad que comunicarse para imponer, doblegar, vencer y sin embargo, todas estas son formas posibles de comunicación. El punto está en el sentido que le queremos dar a la comunicación, y el contexto en el que se va a desarrollar el acto comunicativo. La necesidad de construcción de comunidades y redes humanas se ha venido acrecentando en la actualidad, en contravía a las formas de asociación jerárquicas y dominantes, lo que conlleva a pensar que el reconocimiento de las personas, más allá de posiciones sociales, títulos o seudo-conocimientos, se está dando por su esencia, por aquello que nos hace valiosos a cada uno de nosotros. Pero este cambio de perspectiva, de actitud, sólo es posible si está mediado por la comunicación como forma de poner en interacción aquello que realmente somos.

Con esta clara intencionalidad en la comunicación, también estoy de acuerdo en ver la confianza como uno de los pilares fundamentales en el acto comunicativo, a lo cual agregaría explícitamente solidaridad y comprensión. Esta tríada me parece fundamental porque reúne de forma explicita una serie de valores indispensables en la construcción, no imposición, de un entendimiento mutuo: respeto, honestidad, responsabilidad, tolerancia, participación, entre otros. ¿Cómo lograr el desarrollo de estos valores para forjar un tipo de comunicación que medie la construcción de comunidades? A través del desarrollo humano de cada persona, de la búsqueda de niveles más altos de conciencia y de comprensión. Si no superamos el nivel en donde nuestras pasiones (odio, rencores, miedos, preferencias, favoritismos) influyen en nuestras interacciones, y por ende en nuestra comunicación con los demás, difícilmente las prevenciones y desconfianzas permitirán un trabajo conjunto cohesivo.

C: Como se indicó anteriormente, la generalidad de los seres humanos se ven a sí mismos como seres limitados en el espacio y el tiempo, se consideran diferentes y separados del resto, olvidando que todas las personas comparten la misma esencia; este engaño se convierte en una prisión que los mantiene atados y circunscritos a sus deseos personales y a sus seres más cercanos. Un ser humano puede liberarse de esta prisión mediante la expansión de su conciencia lo cual puede llevarlo finalmente a ampliar su círculo de compasión hasta llegar a considerar como parte de su familia a todas las criaturas vivientes. Asumiendo que la compasión es el valor central a través del cual un ser humano puede alcanzar un nivel de desarrollo superior ¿cuál debería ser el propósito de la comunicación en redes humanas?

U: El propósito fundamental de todo proceso comunicativo en una red humana debería ser el crecimiento personal, el crecimiento como seres humanos. Una de las razones por las que considero que las personas nos sentimos seres diferentes y separadas del resto, se debe, a que no somos realmente concientes de la interdependencia existente con los demás seres y elementos de la naturaleza. La excesiva fe en una lógica objetiva, racional y metódica, que privilegia la fracionalidad no ha permitido apreciar la armonía de otras miradas que, desde la sensibilidad y lo holístico, amplían nuestra conciencia y comprensión de lo que nos rodea. Un propósito de esta dimensión, que trasciende a lo utópico, es lo que debería orientar cualquier esfuerzo de consolidación de comunidades, de no hacerlo, se seguirán viendo trabajos y proyectos que desde perspectivas fraccionadas e instrumentales, desgastan y desilusionan en su intento.

La búsqueda de perspectivas de solución no puede darse en el mismo nivel en que existen los problemas, la consolidación de comunidades no puede buscarse simplemente en una mejor y mayor comunicación, ésta es una consecuencia cuando las personas alcanzan un nivel de desarrollo superior, sin embargo el reto que se deriva de este planteamiento es ¿Cómo promover niveles más altos de desarrollo humano desde las posibilidades de interacción presentes en cada proceso comunicativo?, y aunque no considero tener una respuesta a este planteamiento, creo que una perspectiva de solución puede estar en reconocer y compartir con otros que la comunicación no es sólo explícita, que la comunicación no es sólo un intercambio de mensajes, y que la comunicación no es sólo los instrumentos o medios utilizados para intercambiar esos mensajes.

JM: Como formas de organización alternativas, las redes humanas se centran en la consolidación de grupos en torno a objetivos comunes, cuyos miembros comparten y se enriquecen a partir de la interacción que resulta de su pertenencia a las mismas. Esta interacción tiene un aspecto particularmente importante, y tiene que ver con la libertad que se pueden permitir sus integrantes con relación a su pertenencia y participación en aquellas. Podríamos limitarnos a decir que el propósito comunicativo de estas redes, sería entonces el de permitir el desarrollo de cada uno de sus integrantes en función de esos objetivos compartidos, buscando que en la medida en que la mayoría se satisfaga individualmente, el grupo crezca y se consolide como una sola entidad.

Con el tiempo nos damos cuenta que esto no basta, y esa es una de las principales razones por las que las personas transitan por tantos grupos a lo largo de sus vidas, además claro, del reconocimiento de nuestra naturaleza mutable, que motiva un constante cambio al que no escapan ni los gustos ni los intereses. En realidad no importa lo que se haga sino quién se es. Cuando cometemos el error de reducirnos a nuestro quehacer, cuando nos definimos en función de nuestro trabajo, la verdadera dimensión humana que subyace en nosotros, aparte de subestimarse, se desaprovecha y se atrofia. Entender que las personas que conforman la red, pese al interés que las ha motivado para pertenecer a ésta, tienen más sueños y objetivos por alcanzar que los de la red como unidad, es un principio esencial para conformar redes humanas, y no asociaciones de otro tipo.

Como ya se ha comentado, considero que sólo podemos aspirar a tener niveles más altos de desarrollo en la medida que nuestra pertenencia a la Red, no implique disociarnos de nuestra naturaleza inherentemente humana (con sus penas, sus alegrías, sus decepciones, sus miedos y sus esperanzas) en pro de la consolidación de uno o unos pocos objetivos sobre los cuales reposa nuestra pertenencia a ésta. Llevar el concepto de comunidad hasta algo más que simplemente compartir opiniones y objetivos, quizá sea la respuesta. Sobra decir que es algo difícil de lograr entre personas formadas más en la competencia que en la cooperación, y dónde la preocupación por los demás, tal como se ha dicho anteriormente, se limita a círculos estrechos como los amigos y la familia. El problema a vencer será siempre cómo interactuar, confiar y comenzar de cero sin prejuicios con el extraño, que a pesar de todo es otro ser humano tal como nosotros. Podemos empezar recuperando un mínimo sentido de solidaridad, identificándonos con la alegría y el sufrimiento de aquel cuyo nombre ignoramos, reconociendo que las comunidades se construyen a partir de la comunión de sus integrantes en esas cosas que nos hacen seres humanos indistintos, que no son ni el dinero, ni las ideas, ni el miedo, ni el credo, ni la profesión, sino la existencia misma.

C: Albert Einstein dijo “Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana”; se refería a la ingenuidad de la gran cantidad de seres humanos que no han alcanzado un nivel de desarrollo superior, lo cual los lleva a tener un círculo de compasión estrecho olvidando que su verdadera familia es toda la humanidad. Víktor Frankl dijo “El hombre sabe pero no sabe que sabe” para referirse a que todo ser humano posee en su interior el conocimiento necesario para alcanzar un pleno desarrollo. Un proceso educativo auténtico debe propiciar la conexión permanente de cualquier persona con su maestro interior. Partiendo de estas premisas ¿cuál es el aporte que en nuestras condiciones sociales, culturales y económicas pueden brindarnos las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones?

JM: El aporte esencial que creo pueden tener estas tecnologías, se encuentra en la oportunidad que nos brindan de disminuir barreras físicas para la comunicación: como la distancia, el tiempo de respuesta a un mensaje, etc., y la facilidad que ello nos da de interactuar con otros seres humanos, sin que las circunstancias que motivaron un acercamiento, hayan sido condicionadas por factores tan coercitivos como la proximidad geográfica.

Es normal que personas que comparten un suelo común (barrio, escuela, trabajo), sean más propensas a crecer influenciadas por unos hábitos, unas costumbres, y una cultura similares, que sí se encuentran separadas por miles de kilómetros de distancia.

Interactuar con personas que tienen ideas distintas a las nuestras, que viven en otro lugar, respiran otro aire, despiertan con otros sueños y pintan su cotidianidad de otros colores por el ambiente en que se mueven; o con las que conocemos, pero a través de medios distintos a los que generalmente usamos con ellas (chat por Internet, en lugar de una conversación presencial o telefónica, por ejemplo), nos permite construir un entendimiento más amplio sobre el modo en que nuestra realidad se altera a partir de las novedades inducidas en las relaciones con los demás.

Cada vez que se nos obliga a pensar en algo que no se nos había ocurrido, debido a la inexorable influencia de nuestro entorno, cada vez que nuestros conocidos nos invitan a cambiar lo que veníamos haciendo de una forma por otra (porque nos ahorra tiempo, dinero, o por la causa que sea), nuestro entendimiento de la realidad se amplía y se acepta con más facilidad el frenético ritmo de transformaciones que nos ha impuesto la vida moderna.

El conocimiento de la diversidad nos vuelve personas más tolerantes. Cuando el otro es distinto, desconocido, usualmente lo rechazamos; en cambio cuando se vuelve familiar y tenemos la oportunidad de enterarnos que había más en común de lo que las apariencias señalaban, sus diferencias se aceptan sin rodeos, y enriquecemos nuestra cultura. La interacción con la diversidad nos amplia la visión que tenemos de las personas, las cosas y sus relaciones en el universo.

Por otro lado, las tecnologías de la información y la comunicación facilitan que las personas que de alguna forma tienen dificultades para comunicarse, bien sea por timidez, falta de fluidez, o simple desinterés social, lo hagan sin que se sientan intimidadas por lo que una interacción convencional representa. Hay personas que sólo conciben una comunicación desde el anonimato. Hasta hace unos años estas personas estaban condenadas al aislamiento y la soledad; ahora éstas tecnologías les brindan la oportunidad de expresarse y de transmitirnos su forma de ver el mundo.

Si al final, aprovechamos toda la libertad que tenemos de relacionarnos con los demás a través de estas tecnologías, y contamos con la suerte de encontrar las personas adecuadas cuya influencia en nuestra forma de pensar, sea constructiva, y nos impulse a crecer en su compañía, las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones habrán alcanzado el más alto propósito de la comunicación a distancia: contribuir al crecimiento interior de los seres humanos, sin que medien barreras físicas para impedirlo.

U: Si entendemos la comunicación como un proceso de interacción con uno mismo, con otros y con la naturaleza, las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, entendiendo estas tecnologías como aquellas centradas en los computadores y las redes de telecomunicaciones que los interconecta, pueden ofrecernos posibilidades muy particulares de interacción al permitirnos superar, como ya se ha mencionado, las limitaciones de tiempo y distancia, y desarrollar otras lógicas de pensamiento.

La posibilidad de intercambiar mensajes de correo electrónico casi de forma simultánea con otra u otras personas, puede llegar a compensar las limitaciones de una comunicación escrita y a distancia, frente a una comunicación presencial. El fácil intercambio de documentos, puede promover flujos de información que contribuya con mayores niveles de conocimiento. Los espacios de diálogo simultáneos, escritos o auditivos / visuales, permiten fácilmente fomentar interacciones con diversidad de personas sin que la distancia sea un obstáculo. Pero además de las formas de comunicación, la posibilidad de escribir, borrar, reorganizar el texto en el mismo momento que se escribe o en algún momento posterior, de leer información de un monitor, en el que existe un texto, pero además símbolos a su alrededor que obligan a prestar atención en distintos puntos, a interpretar diferentes símbolos, a conocer sentado frente a un computador y no afuera, en la calle; cambia sustancialmente la percepción de un mundo y una realidad. Este cambio de percepción que transforma nuestra forma de leer, de escribir, de interactuar con los demás e incluso con nosotros mismos, nos lleva a organizar y a entender el mundo desde una perspectiva no lineal, no secuencial, no acabada, no rígida, no determinística, no exacta, no absoluta. Este cambio de perspectiva por si misma no tiene consecuencias favorables para una persona asumida en comunidad, por el contrario puede llevar a favorecer un distanciamiento de las personas y por ende de los valores sociales, pero tiene un potencial realmente interesante y es la desestructuración que produce y que beneficia la receptividad de concepciones diferentes a cualquier tradición.

En una región como la nuestra, marcada por profundas marcas de odio, violencia, incomprensión, desconfianza; un cambio de perspectiva podría contribuir a superar estas dificultades. El uso de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, además de sus posibilidades como instrumento de comunicación, puede abrir la posibilidad de propiciar nuevas formas de ver el mundo, la realidad, formas que contribuyan a fomentar valores para crecer como personas, alcanzar mayores niveles de conciencia, y consolidarnos como comunidad. Esto requiere una clara intención en los procesos educativos y una esfuerzo para superar las dificultades propias de estas tecnologías como instrumentos o herramientas, pero las posibilidades están abiertas y depende de nosotros saberlas utilizar o no.

Planteamiento de un Modelo:

En un momento en el cual los desarrollos en el campo de la telemática desbordan cualquier predicción, y la necesidad de aplicaciones, servicios e infraestructura tecnológica, es cada vez más evidente, creemos que se hace necesario desarrollar proyectos que integren conceptos, visiones e interpretaciones, es decir, proyectos que no solo trabajen en la especificidad de las hojas del gran árbol del conocimiento, sino también en el tronco, en la integración de conocimientos y disciplinas, aunque en ciertos ámbitos no exista una plena conciencia de esta necesidad.

En este sentido, la convicción del importante papel de la comunicación en la ingeniería telemática, nos llevó a plantear y desarrollar el proyecto “Modelo de Conectividad para Redes Humanas” como un espacio para reflexionar la mutua interacción entre las redes como formas de asociatividad, la comunicación, y el papel de la telemática. De esta manera entendemos el Modelo de Conectividad como una herramienta intelectual, una forma de organizar y ver el conocimiento para comprender algo, en este caso, para comprender los alcances, limitaciones y posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información y las comunicaciones como medio de conectividad, que posibilitan una intención comunicativa, en el deseo de favorecer una forma particular de asociatividad humana.

Este proyecto se alimentó, por una parte, de un marco conceptual en las áreas de las Redes Humanas, la Gestión del Conocimiento y el Trabajo Colaborativo Soportado por Computador, que desde una perspectiva holística integró, replanteó y organizó conceptos de diferentes disciplinas. Por otra parte, de la simbiosis con el proyecto “Red de Investigación Educativa - ieRed”, en donde se amplió la comprensión de los paradigmas educativos y los procesos de formación. Esta base nos permitió plantear un modelo inicial para la caracterización de procesos de comunicación en grupos de personas y una arquitectura que representa y sintetiza el entramado de relaciones que subyace a la comunicación, la asociatividad y la conectividad.

La interlocución que el Modelo posibilitó con otras disciplinas, al resaltar el papel de la intención comunicativa y su relación transdisciplinar con los procesos organizacionales y los medios de conectividad, se constituye en uno de los resultados más significativos del proyecto. El Modelo de Conectividad ha sido planteado, ahora debe seguir su proceso de confrontación, argumentación y enriquecimiento por parte de quienes vean en él una posibilidad, tal vez alterna, de organizar y representar una parte de aquello que llamamos realidad.

Dirección Web del Proyecto “Modelo de Conectividad para Redes Humanas”
http://www.iered.unicauca.edu.co/joiner/


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1CORONADO, Juan Manuel; HERNANDEZ, Ulises y SERRANO, Carlos. Un diálogo sobre la esencia de la comunicación. En Revista Itinerantes: Revista del Área de Currículo del Doctorado en Educación de RUDECOLOMBIA. No.2, Año 2004. ISSN 1657-7124. Artículo disponible en Internet en: http://www.iered.unicauca.edu.co/joiner/

2Copyright (c) 2004 Juan Manuel Coronado Z., Ulises Hernandez P. y Carlos E. Serrano C.
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